lunes, 22 de febrero de 2010

(16) La radio, los tebeos, la vida (19/02/10)



A mí me costó el culo iniciarme en los tebeos y los cromos. Lo recordaba mientras hacía el programa con Antoni Guiral y Pepe Gálvez, los guionistas de “11-M. La novela gráfica”. Me costó el culo y bien sabe mi ángel de la guarda que no es una metáfora. Me costó el culo literalmente.

El asunto es que en aquellos tiempos remotos yo era un niño enclenque y mis padres iniciaron una cruzada para sacarme de aquella condición. Para ello mi padre que trabajó durante toda su vida en una farmacia, venía de su trabajo no recuerdo con que frecuencia con unas inyecciones de hígado (así se las denominaba) que me inyectaba (tras un largo ritual de mágicos hervores) en casa.

Estas pócimas inyectables deberían tener una composición o muy densa o muy ácida, qué sé yo, que las convertían en un tormento según se descargaban en las desconsoladas nalgas. Mi padre llegó a un acuerdo conmigo que consistía en que si yo no lloraba y me dejaba pacientemente poner la inyección, él, inmediatamente concluida la ejecución, me acompañaba al quiosco y me compraba cromos o tebeos, lo que yo quisiera. Así que por la vía del heroísmo personal tuve acceso a mis primeros tebeos, a mis primeros cromos.

En realidad, seguí pensando al acabar el programa, todo mi acceso al ocio y al conocimiento había venido rodeado durante mi infancia y mi juventud de una épica desmesurada. Seguí recordando como, años más tarde y durante largos años de internado, me escapaba con frecuencia, acompañado de mi socio Ángel Martín, recorriendo los tres kilómetros que separaban el colegio de la ciudad para adquirir tebeos y el periódico local. Ambas cosas las leía a escondidas por la noche, bajo las sabanas, y con la discreta y mortecina luz de una linterna por toda complicidad. Fue en uno de esos años en lo que añadí a mis fuentes de información mi primera y rudimentaria radio de galena.

Y ahí estaba yo, pasados más de 40 años, hablando de tebeos en una radio. La vida es, como en aquella canción de Serrat una noria. Lo cierto es que esas cosas, periódicos, libros, tebeos y radio me abrieron una ventana al mundo que primero me hizo poder huir traspasando temporalmente los muros de mi colegio internado y, años más tarde, de las muchas circunstancias por las que he atravesado en la vida, Sé que escuché o leí en cada naufragio, en cada dicha, en cada recoveco por el que ha pasado mi vulgar biografía.

Estaba haciendo un programa rutinario de radio sobre tebeos y no me daba cuenta de que estaba transitando por la estructura que sostiene y ha sostenido el edificio de mi vida. Aunque me fuera el culo en ello.

Mariano Crespo


(Mariano leyendo a escondidas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario