miércoles, 2 de diciembre de 2009

(8) Sidafobia (avance del programa del viernes 04/12/09 )



El explosivo cóctel que resulta de mezclar VIH con intolerancia y fanatismo

Algunas cosas miradas a distancia tienen caspa. Desprenden un olor a rancio, un pestazo entre fritura de patio de vecinos e incienso de templo. Esa manera de besar Rock Hudson a Doris Day. Aquella forzada doble vida. El cuchicheo. La murmuración. Y un asomo de aire fresco, tras la tormenta, precursor del arcoíris. Gente que sale de los fondos de armario perseguidos por curas maricones que se perfuman con homofobia-5 (con la moral te la hinco), el perfume de la impostura.
Y en medio de la visibilidad y el ocultismo aparece una enfermedad y se ceba con los hombres que desean hombres.
Luego, con los que comparten la aguja nuestra de cada día, el pan de los yonquis.

A nadie extraña que una enfermedad que escoge sus víctimas entre los condenados a la marginalidad levante sospechas. Y el rollo se corta.

A Freddy Mercury se le apaga en un "Barceeloooonaaaaa" de olímpica derrota.

Por aquellos años remotos yo coorganicé una charla para el personal sanitario de un gran hospital y a la conclusión el ya fallecido Manolo Trillo, uno de los primeros activistas del comité ciudadano anti sida, me dijo:

- Que decepción, el personal sanitario tiene más desconocimiento que los trabajadores de la General Motors a los que di una charla hace poco.

Le contesté:

- No, Manolo, no es desconocimiento, es miedo. En la General Motors tocan máquinas.

Y luego vino aquella persecución por parte de los inquisidores vocacionales de los llamados "grupos de riesgo". Y los puntitos rojos en las planillas, en las cabeceras y soportes de las camas, como un estigma de condenados. También recuerdo el trabajo que costó imponer la denominación "prácticas de riesgo", porque el sexo anal lo practican partidarios de la carne y del pescado, pero "dar por culo", lo que se dice ver el sexo desde una posición de poder y exigencia de sumisión, lo hacen unos intolerantes que aprovechan cualquier ocasión para ver castigos divinos en donde hay una puñetera enfermedad.

Cuando caía la noche, Jordi Petit recorría todas las discotecas gay de Barcelona repartiendo condones como un profeta del látex. A la vez, doctores mitrados de la iglesia predicaban que lo condones tienen poros por donde se cuela el bichito (como si fuera un virus con habilidades de MacGyver) y siendo cómplices de una pandemia que no les llevará al infierno porque esté es un mundo sin dioses, aunque tenga overbooking de concesionarios de ellos.

Esto parece caspa pasada pero desgraciadamente es todavía la cotidianeidad. Porque un buen día un científico laborioso y afortunado encontrará una vacuna contra el VIH, pero estamos lejos de que alguien encuentre una pócima para acabar con el fanatismo, con la intolerancia. O una suerte de Viagra que levante y ponga dura la solidaridad y la piedad que algunos tienen tan flácida, tan paraná*.

Contaremos con la presencia de Tomás Hernández Fernández, Director del Plan Nacional sobre el Sida. También intervendrá en la primera parte del programa, Santiago Pérez Avilés, Presidente de CESIDA (Coordinadora Estatal de VIH-SIDA).

Mariano Crespo

*La expresión "paraná" se la he robado a Raquel Sánchez Silva que en su divertido libro "Cambio príncipe por lobo feroz" habla de "paranás" como esos hombres que no sirven ni como amigo, ni como novio, ni como amante, ni como marido, ni para un rato. Solo para ná.

M.C



2 comentarios:

  1. Copiado y pegado en mi blog :) Y también linkeo este blog al mío :)

    BesoSS

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  2. Gracias, guapetona.
    Besos también para ti.

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