martes, 17 de noviembre de 2009

(5) Hijas de un dios menor (13/11/09)









Tere y Jesús
En un tiempo remoto me recuerdo prefiriendo las iglesias a los bancos. Quiero decir que me horrorizaba la idea de que la principal arquitectura civil que dejase a la posteridad nuestro presente fueran esos rascacielos de la city de las principales capitales dedicadas a perpetuar el culto al dinero. Me parecía un mejor legado el de otras épocas en que catedrales hermosas se elevaban sobre el suelo como monumentos a la espiritualidad. Eso era en un tiempo remoto. Ahora tengo la impresión de que ambas edificaciones están consagradas al dinero. Unas de manera clara, otras de manera impostora.

En el programa de Proyecto ADN del viernes 13, estuvo con nosotros Tere Cortés, presidenta del Movimiento pro celibato opcional (MOCEOP). Una mujer menuda y decidida de verbo firme y templado que, a lo largo de la conversación sin que se la preguntara por ello sacó varias veces el nombre de Jesús de Nazaret.

Quizás algunos de vosotros se extrañen de mi perplejidad por el hecho de que un cristiano cite a Jesús. Sucede que en la COPE –“de la abundancia del corazón habla la boca”- no hablan apenas de Jesús, se pasan el día hablando contra el Gobierno (Zapatero goza de peor prestigio que Judas) y defendiendo los intereses de la derecha más reaccionaria. De Jesús ni palabra. Y es la portavoz de una creencia religiosa.

Y, desgraciadamente, no es el único caso. Tampoco oigo a muchos líderes de la izquierda hablar con pasión de Marx, sino que citan a Keynes y palabrajos para iniciados en la jerga neoliberal.

Es curiosa esta tendencia también moderna de cantar con las melodías ajenas, de caer en la emboscada del lenguaje del adversario, como esas mujeres teñidas de discurso machista, como esos izquierdistas que parecen agentes de bolsa a fuerza de querer aparentar buenos gestores (a la manera de la derecha).

Ya nada es lo que parece. Y por eso iniciamos Proyecto ADN (A Dudar por Necesidad). Os recomiendo la escucha de este programa y, en especial, de la voz de Tere Cortés. Una mujer que no vende humo, va de lo que va y cita a quien ama.

Así que en nuestro programa laico salió Jesús, un proscrito en los micrófonos de la COPE. Más partidaria del Yahvé justiciero que de la compasión y la mirada piadosa, del índice Nikkei que de los desheredados, del valor hipotecario de los templos que del crucificado que los habita. De la cruz en la declaración de hacienda que de la cruz en el Gólgota.

Y es una lastima porque uno respetaba a la iglesia que representan los hombres y mujeres de MOCEOP, los cristianos de base. Y no sólo yo. Hace un tiempo, uno de los más prestigiosos periodistas franceses cuando analizaba los disturbios raciales en los barrios obreros señalaba con firmeza y rigor que “la desaparición de la iglesia y de los comunistas de los barrios estaba detrás de la descomposición de un tejido social desideologizado y violento sin causas”.

A Tere y los suyos los persiguen por casados. Como si ellos, la jerarquía, no se casasen con nadie. Se les ve el plumero.

Mariano Crespo

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