martes, 30 de marzo de 2010

(20) Somos una escalera (26/03/10)


                          
Amigos, aquí os dejamos colgado el programa y nos vamos en una pequeña pausa vacacional. Pero tras la entrevista con Marta Sanz y su recomendable “Black, black, black”, no me he resistido a la tentación de dejaros un relato propio para amenizaros el tiempo de ocio.



“El infierno son los demás”
Jean Paul Sartre
“Cuando el infierno son los demás,
el paraíso no es uno mismo”

Mario Benedetti

Somos Una Escalera _Premio ATENEO(pincha en "Fullscreen" para ver en tamaño grande)

Mariano Crespo


martes, 23 de marzo de 2010

(20) Judas siempre tiene coartada (avance del programa del viernes 26/03/10)


El entorno. A mí esta palabra nunca me ha gustado. La familia. Bien, gracias. Los allegados. Esta palabra me agrada. Los cercanos, los prójimos.

Al ser humano le es dado un grupo protector contra los peligros exteriores. Pero al igual que cuando nos referimos a la policía, siempre nos preguntamos quién nos protege de ella, cuando hablamos de los nuestros siempre se escapa entre el mucho cariño, un atisbo de temor, de vulnerabilidad. Los daños, los grandes daños, los irreparables, suelen venir de quienes nos conocen, nos circundan, nos atañen.

Cuento, en cuanto me dan oportunidad, la anécdota de sir Winston Churchill que, acompañado de un joven diputado y señalando este la bancada de enfrente en el parlamento para referirse a ellos como nuestros enemigos, fue corregida por el experimentado político británico.

- No se equivoque joven, ahí enfrente toman asiento nuestros adversarios. Los enemigos los tenemos a nuestra espalda.

Esta obviedad que conocen todos los políticos, la conoce también la policía, los criminalistas y hasta el tonto del pueblo con memoria para los refranes:

- No hay peor cuña que la de la misma madera –proclama con sabiduría mientras regala baba con generosidad a quien quiere escucharle.

Alguien dijo que lo bueno de mis enemigos es que no me conocen lo suficiente. Si a esta frase se le da la vuelta nos encontraremos con que nuestra vulnerabilidad, nuestra línea de flotación es conocida por los que nos quieren y ese es el peligro.

Convendría añadir que los próximos somos los que nos disputamos, en reducido espacio, todas las pasiones: la avaricia, la envidia, el deseo. Estas no son cosas abstractas, en nuestro hábitat tienen nombre y apellido conocido. Uno no quiere el dinero de Botín sino el del vecino, y más concreto que el deseo sobre Elsa Pataki son las ganas que provoca la vecina (o el vecino) del cuarto.

Por más abundar: el cariño y la valoración son unos bienes escasos se reparten en nuestro entorno no siempre (nunca) a la medida de los receptores.

Todo lo relatado es una bomba de relojería que, a veces estalla, o en la mayor de las ocasiones no se le activan los mecanismos para bien de la supervivencia humana.

Sobre la difícil convivencia de los iguales. Sobre los secretos que entre ellos se guardan. Sobre los cadáveres de nuestros armarios, hablaremos en el último programa de “Proyecto ADN” antes de la Semana Santa. Y, para ser respetuosos con la efeméride le hemos dado el religioso título de “Judas siempre tiene coartada”.

Estará con nosotros de tertulia la escritora Marta Sanz, cuya última novela “Black, black, black” algo tiene que ver con esto que tú y yo estamos conversando.

Mariano Crespo

jueves, 11 de marzo de 2010

(19) ¿Aquí cabemos todos? (avance del programa del viernes 12/03/10)


“Garzón en los tiempos del cólera”

Esta es una pregunta retórica de manual. Parece que sí es una fosa común, sí.

Pero si la pregunta la extendemos al territorio nacional (e incluso internacional) en donde ciudadanos y ciudadanas tengan que convivir bajo la tutela y obediencia de un conjunto de derechos y obligaciones, amparados por una Constitución libremente elegida y tutelada por unos tribunales de justicia parece más inverosímil.

En el tiempo de la difícil transición democrática, el cantautor Víctor Manuel, hizo una canción que finalizaba “Aquí cabemos todos o no cabe ni dios”. Esta tampoco ha sido una afirmación retórica. No voy a recordar aquí las penalidades, y hasta la cutrez, que miles, casi una mayoría de ciudadanos, pasaron para ser “normales”. Era anormal casarse por lo civil (Y generalmente aburrido porque los jueces no pusieron nada de su parte), era anormal estar sindicado en una empresa, era anormal usar anticonceptivos, era anormal ser objetor y pacifista, era anormal consumir cannabis mientras los poderes iban hasta el culo de cocaína, era anormal amar a alguien del mismo sexo mientras la iglesia coleccionaba expedientes de pederastia como el que hace la colección Rin-tin.tin. Era anormal compartir responsabilidad en la anticoncepción mientras en las listas de viajes a Londres estaban ellas, las hijas de ellas, las hijas de María. Respirar hubiera sido anormal si no hubieran necesitado mano de obra.

Franco había dicho que lo dejaba todo atado y bien atado. Pero nosotros fuimos a lo nuestros o a lo que podíamos, a ocupar los espacios de libertad dentro del sistema. Se hizo una Constitución. Se derogaron leyes y se aprobaron. Hubo renuncias y conquistas. Pero lo que viene sucediendo durante los últimos años parece una revisión a la baja de las libertades conseguidas, con unos supervivientes de la dictadura que, pasados los años, han perdido los complejos por mostrarse tal y como son.

En ese marco se produce el abordaje personal que está sufriendo el juez Garzón la persecución en su figura de la lucha contra el olvido.

Alguien que observara el panorama desde un plano cenital empezaría a sospechar que hemos hecho un retorno al pasado infame. Manifestaciones de clérigos que, con coartadas de lucha por la vida, reclaman el poder eclesiástico como censor y vigía de las leyes laicas, con los jueces persiguiendo a magistrados que quisieron poner bajo la tutela de la ley los desmanes de la dictadura y el amparo de sus víctimas.

Y en medio, una crisis económica, que corre el riesgo de ser la pantalla de humo que convierte en salvadores a los principales causantes.

En este paisaje, el programa de “Proyecto ADN” del viernes 12, tendrá como invitados al prestigioso abogado, Manuel Murillo, y al historiador y activista por la memoria histórica, Miguel Ángel Rodríguez Arias.

Mariano Crespo


miércoles, 10 de marzo de 2010

(18) Dos mujeres (05/03/10)

Cristina Pérez, Empar Pineda
 
En vísperas del 8 de marzo hablamos de las mujeres en Proyecto ADN. Contamos como invitadas con Cristina Pérez Fraga, directora de la Agencia Ameco Press y Empar Pineda, una dirigente histórica del movimiento feminista y de la lucha de las lesbianas por sus derechos.

Había coincidencia en ambas mujeres en los grandes avances sucedidos en España en las últimas décadas en la situación de la mujer, desde los ángulos jurídico, laboral y sobre la vida misma. Las mujeres han ido, por mérito propio, ocupando lugares que tenían vedados y lo han hecho por la constancia en los estudios, por la tozudez en vencer obstáculos y con la soledad de quien tiene que correr una carrera sin tener que dejas de asfaltar la carretera. Sólo alguna medidas las han dado ventaja y se ha armado la de dios, porque algunos consideran la igualdad como el mantenimiento del status quo y quieren el mismo rasero para los que van encima de la burra que para los que caminan a pie.

Ha sido 8 de marzo. Pero habrá que volver sobre el tema porque la mujer sigue conquistando el futuro y a mujeres las utilizan instituciones reaccionarias para detener su avance. Es, con condicionantes distintos, la misma batalla que sostuvo Clara Campoamor apostando por los derechos y las instituciones religiosas pastoreando mujeres iconos de la sumisión.

Hay mucho que avanzar. Habrá que movilizar la parálisis de algunos hombres incapaces de mirar, comprender y adaptarse a los nuevos tiempos. Habrá que reflexionar sobre la convivencia en el mismo territorio de mujeres del siglo XXI y del siglo XIX, de un territorio en conde conviven los juguetes sexuales y el burka.

También habrá que empezar a cuestionarse cualquier foto del poder. Comentaba Cristina Pérez Fraga, que periodistas femeninas hay muchas, pero cuántas editoras, cuántas en los consejos de administración de las empresas de comunicación, cuántas en el lugar en el que se toman las decisiones.

Y haber alcanzado ese grado medio del poder a golpe de codo y puño, cuanto coste ha conllevado. A la contra. Poco acompañadas, incluso de su mismo sexo, en donde hay cernícalos que contemplan su avance como una constatación de su atraso.

Y luego vergüenza. Porque en materia sexual sigue habiendo abusos, porque tenga que existir el aborto y no una cultura en la escuela que pueda enseñar un práctica sexual sin riesgos de embarazo no deseados y de enfermedades que no tienen por que producirse. Mucho por hacer pero no las van a detener.

Mariano Crespo

 

miércoles, 3 de marzo de 2010

(18) Yo me apeo en igualdad (avance del programa del viernes 05/03/10)


Dijo una vez Rosa Regás que “los hombres no es que no nos quieran es que no nos ven”. Le sobran razones a Rosa para hablar así. Los hombres hemos creído ser la medida de todas las cosas y ignorábamos cualquier cambio en el que no éramos protagonistas. Y los cambios en el siglo XX tienen de protagonista a la mujer y algunos no se han enterado. La palabra mágica es la igualdad y el camino la libertad y viceversa. Es un viaje que debería ser compartido, pero los hombres tendemos a un ensimismamiento narcisista que ralentiza la historia pero no la detiene.

Iguales sí, pero unos más que otros. La libertad resulta una cosa vana sin la igualdad. Sé que esto que digo puede levantar ampollas pero es así.

La libertad, en su sentido más reducido, puede estar al alcance de la gente incluso en las dictaduras. Sólo que de muy poca gente. Las gentes del tejido social que las nutre, por ejemplo. Cuando observo a algunos y algunas de nuestros dirigentes actuales que tanto llenan su boca con el término libertad no dejo de pensar que si la dictadura que finalizó en 1975 prosiguiese ellos y ellas no variarían mucho su manera de vivir. Quiero decir que la gran diferencia entre revolución y reforma es que en esta, los que estaban montados en el machito siguen en el machito al igual que los que cortaban el bacalao. La gran diferencia entre dictadura y democracia es que los que vamos a pie y comemos sardinas tenemos que poner un cuidado especial en no reivindicar ni transporte ni marisco porque corremos el riesgo de llevar una vida agitada.

De ahí que la libertad les venga a algunos en el ADN y a otros siempre en el Proyecto. No me negaréis que está esto bien traído para presentar el próximo programa de “Proyecto ADN”.

Pero hoy voy a hablar de las mujeres pese a ser 8 de marzo. La vida actual, la libertad actual, tal y como la disfrutamos y como nos la limitan nos sería imposible de comprender sin el esfuerzo de un reducido, en principio, número de mujeres. Sé que cuando se habla de los padres de la patria se habla de hombres. Los hombres siempre acabamos ocupando en frontispicio de los monumentos cívicos. Pero para los que vivimos en la calle la transición, no nos es ajeno que la lucha por la libertad y la igualdad en lo cotidiano, fue una empresa, muchas veces heroica de un escueto grupo de mujeres. A las que, por cierto, se les postergó en el momento de hacer las leyes democráticas. Se dejó postergado el adulterio, se retrasó el divorcio y con el aborto todavía andamos peleando si el útero de las mujeres es de ellas o de dios o de Rouco.

Pero las mujeres tienen la constancia de las hormigas. Y fueron entrando en el mercado laboral, incluso en el que les estaba vetado. Y fueron sorteando desdenes con una paciencia oriental. Y llevaron adelante, solas, en muchas ocasiones sus interrupciones de embarazo y llevaron adelante, solas en muchas ocasiones, sus partos, sus lactancias y su supervivencia. Y regatearon las afrentas de los registros legales, de las inscripciones de las escuelas, del cuchicheo de los patios.

Algunos lo quieren olvidar. Pero para que hoy ciertas cosas parezcan naturales hubo quien sostuvo una pelea soterrada y cotidiana contra la ignorancia y el desprecio a la mujer. Un desprecio solapado con la estimación de que eran princesas, reposos del guerrero, ángeles, guardianes de las esencias, mandangas e imposturas.

En el programa de “Proyecto ADN” del viernes 5 de marzo, vamos a hablar del largo trayecto de la igualdad. Vamos a hablar de batallas ganadas en una guerra inacabada. Y nos gustaría que tú participes de este debate. El programa, como las estaciones de metro, llevará el título de “Yo me apeo en Igualdad”. Una estación de metro que todavía no nos ha inaugurado el alcalde.

Mariano Crespo